Geoeconomia

Las redes sociales han revolucionado la forma en la cual nos comunicamos y conectamos con el resto del mundo. Con la invención del internet se comenzaron a crear diversas plataformas en distintos formatos con una misma finalidad: compartir contenido. 

Con el pasar de los años se han diseñado varios sitios web, plataformas, foros, webs, programas y aplicaciones con este mismo fin. Eventualmente aparecen nuevas alternativas que reemplazan a otras, aunque mantienen algunas opciones y características similares pero mejoradas. Este es un proceso que sigue su curso. 

Una de las nuevas alternativas, que ha sabido ganarse la preferencia del público en general, lleva por nombre Instagram. La historia de esta aplicación comenzó en el año 2010 y sigue cosechando éxitos desde el punto de vista económico. Uno de los más importantes cambios que ha sufrido es la adquisición de dicha plataforma por parte de Facebook. 

Paralelamente a esta historia también han ocurrido diversos cambios sociales, ya la mayoría de las personas comienza a cuestionarse si realmente nos hace bien usar aplicaciones de este tipo. Este es el trasfondo de la historia y es un cuestionamiento válido por los reportes que se han venido registrando desde hace años. Personas que afirmaban que su salud mental estuvo en riesgo a causa de ser usuarios activos en dicha plataforma. 

¿Cuáles son los resultados de estas investigaciones? 

Dichos reportes encendieron las alarmas en la compañía y por ello se decidió hacer una investigación. Quienes dirigen a Facebook, incluyendo a Mark Zuckerberg, están al tanto y saben que es perjudicial para los jóvenes. Sin embargo, prefieren ignorar esta situación. Pero según algunos reportes todo indica que la compañía está enfocada en crear una versión de la app específica para los niños. 

Entre la información recabada encontramos informes sobre un fenómeno al que se le llama “comparación social negativa”. Esto surge a raíz de que la mayoría de las publicaciones de la plataforma muestran contenido “poco realista”. Como consecuencia, los jóvenes se perciben a sí mismos de una forma negativa, ya que sus vidas no son así de “perfectas”. Además, sus cuerpos no se ajustan al “ideal” de “belleza” que allí se muestra. 

Los expertos aseguran que su formato fomenta la dependencia. Para ello se usa un sistema basado en los “refuerzos positivos”, que son respaldados por los “likes” en las publicaciones. Estas evaluaciones públicas, y hasta de desconocidos que visitan perfiles ajenos, ocasionan que nuestra imagen y apariencia sea juzgada severamente. 

Actualmente la edad legal permitida para los usuarios es de 13 años. Pero aparentemente la empresa ha decidido cambiar esta norma. Los adolescentes son una población vulnerable desde el punto de vista psicológico. Pero las más afectadas siguen siendo las chicas, quienes se sienten sexualizadas constantemente. 

¿Cuál es la postura de la empresa con respecto a este tema? 

La empresa es consciente de que su plataforma es tóxica para los adolescentes. Públicamente no lo han reconocido pero fuentes cercanas aseguran que han comenzado a crear una alternativa. Es decir, una nueva aplicación dirigida específicamente al público joven. Una idea que surgió aparentemente después de los resultados negativos obtenidos en la investigación del año 2019. Dichos estudios nos hicieron públicos hasta ahora, en aquel momento se realizaron de forma privada. 

Esta información fue publicada en el Wall Street Journal. El contenido se muestra en formato de documentos, diapositivas y mensajes; todos ellos se compartieron de forma privada dentro de los departamentos internos de la compañía. Se puede constatar que los altos ejecutivos estaban al tanto de la situación y prefirieron no hacerlo público. 

Dichos resultados constatan lo anteriormente dicho en otros informes, como los de la Royal Society for Public Health y también Young Health Movement. En estos informes encontramos información detallada con un enfoque médico y psicológico, sobre los efectos de Instagram en la salud mental de los jóvenes. Su uso continuado puede afectar a algunos individuos porque a largo plazo genera ansiedad.